La toma de apuntes

Si sólo leemos un libro sin hacer nada más, en poco más de una semana habremos olvidado prácticamente todo, salvo aquello que nos llamó mucho la atención. Pero también esto tenderá a dispersarse con el tiempo.
Cuando escuchamos a alguien, nuestra retentiva mejora. Recordamos más cosas durante más tiempo. Para reforzar esta estrategia, tendremos que hacer el esfuerzo de escuchar e incluso mejorar esta capacidad. ¿Qué significa escuchar bien a un profesor? Significa ser capaz de captar las modulaciones de voz, los cambios de ritmo, las formas de desglosar la información y de ordenarla. Todo ello encaminado a diferenciar de forma clara qué es importante y qué es accesorio. Un buen docente es capaz de anunciar cuándo algo es más relevante. Un buen alumno es capaz de escucharlo. Un buen docente es capaz de ofrecer una estructura clara. Un buen alumno es capaz de crear esa estructura o la suya propia en sus apuntes. Como ves, es una responsabilidad compartida.
Si además de escuchar, practicamos una toma activa de apuntes, lo que seremos capaces de recordar y aprender aumenta exponencialmente.
¿Tomar apuntes no distrae de la explicación del profesor? Es justo al revés. Nos ayuda a centrar más la atención. Esto no quita que haya momento en que sea más beneficioso dedicarse sólo a escuchar, por ejemplo, si el profe está explicando una historia o anécdota larga a la que haya que prestar toda la atención. La toma activa de apuntes es ya en sí misma una técnica de estudio, porque estamos sellando aprendizajes sin darnos cuenta.
¿Qué debo apuntar? Quédate con estas dos ideas: estructura telegráfica de frases y estructura de contenido. Debemos dar una estructura a la información que nos cuenta y además ponerla con el mínimo número de palabras posible.
Esta última habilidad es la capacidad de sintetizar palabras dichas en voz alta. Puede ser un poco distinto a resumir texto. Te aconsejo que lo practiques intentan sintetizar pequeños podcast o videos de Youtube. Se trata de reducir una idea a sus elementos principales. Con la práctica se puede abordar directamente mediante la realización de pequeños diagramas a base de palabras clave, cajas, flechas y abreviaturas que sirvan de enlace. Los llamados mapas de conocimiento.
Imagina que tenemos que tomar apuntes de uno de los párrafos que acabas de leer, como si hubieran sido dichos en clase: “¿Tomar apuntes no distrae de la explicación del profesor? Es justo al revés. Nos ayuda a centrar más la atención. Esto no quita que haya momento en que sea más beneficioso dedicarse sólo a escuchar, por ejemplo, si el profe está explicando una historia o anécdota larga a la que haya que prestar toda la atención. La toma activa de apuntes es ya en sí misma una técnica de estudio, porque estamos sellando aprendizajes sin darnos cuenta.”
No tendría sentido apuntar la pregunta inicial que plantea el profesor, sino ir directamente a la idea esencial: tomar apuntes mejora la atención. Podríamos añadir que esto es así “excepto en historias” y que “sellan el aprendizaje”.
Si quieres hacerlo más telegráfico, podemos usar símbolos y abreviaturas:
“Apuntes +++ Atención, - - - en historias, sellan aprend.”
Tomaremos nota de ideas principales y secundarias intentando darles estructura y de los ejemplo y detalles que sean relevantes.