Muchos van viviendo sus vidas sobre la marcha en vez de hacerlo sobre sus propias metas o intereses. El riesgo de esto es evidente: una creciente insatisfacción vital.
Parece cada vez más claro que la motivación intrínseca (hacer algo porque me gusta) es mucho más potente a largo plazo que otros tipo de motivación. Cuando la persona encuentra aquello que le hace “fluir”, las horas vuelan.
Ken Robinson habla de esta sensación de fluir como “El Elemento”. Aquel estado en el que sientes que el tiempo vuela, o que estás “fuera del tiempo”, y te sientes totalmente entregado a lo que estás haciendo. Pero no te engañes. Este “elemento” no tiene por qué ser algo especialmente trascendental o algo relacionado por fuerza con la creatividad. Hay personas que han encontrado su elemento con la música, otros trabajando en un banco y otros, trabajando en las alcantarillas. Sí, como lo oyes, el último ejemplo no me lo he sacado de la manga. Es real.
Lo importante es que encuentres ese lugar al que perteneces. Lo trágico es vivir en un sitio que no te corresponde haciendo cosas que no te corresponden. Con lo cual podemos suponer que la vida del 80% de las personas es trágica, porque no aman lo que hacen. Encuentra tu elemento. Mientras lo encuentras, vive como una persona que ya lo ha encontrado y pon pasión en lo haces. Vive, piensa y actúa como si ya hubieras logrado tus metas. Esa emoción actuará como ancla hacia ellas, haciendo que, sin darte cuenta, empieces a caminar. Compórtate como si lo que deseas ya hubiera sucedido.
Pensar en tu futuro valorando qué opciones son más “seguras” o qué carrera tiene “más salida” es un error vital del que más pronto o más tarde tomarás consciencia. Si puede ser pronto, mejor.
El éxito viene de fluir con lo que se hace, no de estrategias absurdas que nada tienen que ver con la pasión. Si investigas sobre el secreto del éxito de múltiples personajes célebres, te llevarás la grata sorpresa de que todos comentarán cosas parecidas a las que estoy explicando: que el éxito les vino después de la “diversión”. Es decir, después de hacer lo que realmente amaban. ¿Qué prefieres, la “seguridad” o “el elemento”?
¿Cómo puedo empezar a descubrir mi “Elemento”? Algunos lo tienen muy claro desde temprana edad. Han nacido con algo que ya “fluye” en ellos y lo persiguen. Me encuentro, en cambio, con muchos otros alumnos o clientes, que no tienen muy claro qué les gusta o en qué pueden ser buenos.
¿Qué preguntas puedo empezar a hacerme para descubrirlo? ¿Para descubrirme?
Te pido que ahora hagas un ejercicio de reflexión sincera. Piensa en tu situación actual. Lo que haces y cómo lo haces. Lo que estás siendo. ¿Tiene todo esto algún sentido para ti o notas que algo no encaja?
¿Estás haciendo lo que quieres o lo que crees que tienes que hacer?¿Estás siguiendo las creencias o dictados de otros?
Si alguna de estas preguntas te ha descolocado, puedes desarrollar la respuesta y profundizar sobre ellas lo que necesites.
El siguiente ejercicio de reflexión se basa en estas preguntas: ¿Cuál es tu deseo más profundo?¿Cuál es tu yo ideal? ¿Cómo te ves en versión mejorada pero sin perder tu esencia?
Otro interesante ejercicio que puedes hacer es pensar cómo te gustaría verte dentro de 10 años en lo referente a las siguientes áreas:
Estudios
Trabajo
Relaciones amorosas
Amistades
Familia
Salud
Felicidad
Esto nos dará una idea de las metas que tenemos que alcanzar y los objetivos que tenemos que diseñar para conseguirlas.
Web de apoyo para consultar tu futuro académico:
http://web.upcomillas.es/webcorporativo/orion/consultas.htm
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